Aparte de las ventajas obvias de la producción automatizada (precisión, repetibilidad y velocidad), las plantas autónomas también proporcionan una dependencia significativamente menor del trabajo humano.
Imaginemos una línea de producción totalmente automatizada, capaz de satisfacer las demandas de suministros médicos, productos farmacéuticos, alimentos y otros artículos necesarios para mantener el estilo de vida básico de nuestra sociedad moderna.
Como entrada, solo suministramos energía y materias primas. Como salida, tendremos bienes finales. Imagine poder controlar una instalación de este tipo de forma remota, sin la necesidad de personas en el taller. Y si pudiéramos garantizar el autoservicio y la fácil reconfiguración de la línea de producción, ¿eso no resolvería algunos de los problemas que estamos experimentando hoy, debido a la crisis del coronavirus?
La respuesta a esta pregunta es simple. Sí, lo haría. Sin embargo, una cuestión más complicada es si algo así es práctico hoy o si todavía está lejos en el futuro –o incluso es pura fantasía–. Otras preguntas que podríamos hacer son: ¿cuánto costaría tal solución? ¿Y bajo qué condiciones se devolvería?
Hoy en día, ya hay varias instalaciones totalmente automatizadas en todo el mundo, donde la producción todavía se lleva a cabo bajo la supervisión de los operadores, pero por lo demás sin ninguna operación manual. Sin embargo, se trata principalmente de plantas de pequeño propósito y escala. También podemos encontrar almacenes totalmente automatizados, donde todo el trabajo lo realizan robots y transportadores autónomos. Pero no hay un solo ejemplo conocido que cumpla con la idea que describimos anteriormente: una planta totalmente automatizada y flexible.
Requisitos previos para una producción totalmente automatizada
Para poder siquiera pensar en una producción totalmente automatizada, es necesario poner en práctica algunas tecnologías y procedimientos clave. Estas incluyen:
• Estándares de integración abiertos – La producción totalmente automatizada requiere la integración de componentes de producción de varios proveedores. Por lo tanto, es necesario garantizar su fácil interconectividad e interoperabilidad.
• Autonomía y cooperación – La autonomía, en el contexto de producción automatizada, significa que algunos componentes serán totalmente responsables de todos los aspectos de la operación, incluido el manejo de situaciones no estándar. Al mismo tiempo, es necesario garantizar que dichos componentes autónomos cooperen entre sí para alcanzar juntos los objetivos generales de producción.
• Autoservicio y redundancia – Un sistema de producción totalmente automatizado necesita la capacidad de resolver cualquier fallo o interrupción de los componentes de producción rápidamente para evitar el cierre de toda la planta. Esto se puede hacer de varias maneras: la unidad de producción podría repararse o recuperarse, por ejemplo; o podría usar redundancia, donde la unidad defectuosa se reemplaza por otra que se hace cargo automáticamente de la tarea.
• Reconfiguración simple – El diseño de dicha planta debe permitir cambios flexibles en el programa de producción, así como en el volumen de producción en sí. Esto permite un ajuste rápido de la producción en situaciones críticas y garantiza un retorno de la inversión realizada para una producción totalmente automatizada.
• Algoritmos de inteligencia artificial y aprendizaje automático – Estos algoritmos pueden ayudar a abordar las necesidades de autonomía, cooperación y autorrecuperación mencionadas anteriormente. Pero también ayudan con la planificación, la optimización y el aumento de la eficiencia del proceso de producción.
Hoy podemos ver muchas de estas tecnologías en instalaciones modernas, y su uso está aumentando. Sin embargo, todavía no se están utilizando en todo su potencial. Un potencial que permitiría una operación totalmente autónoma sin grandes inversiones. Exploremos otras ventajas que podría traer la producción totalmente automatizada.
No solo producción rápida y flexible
Aparte de las ventajas obvias de la producción automatizada (precisión, repetibilidad y velocidad), las plantas autónomas también proporcionan una dependencia significativamente menor del trabajo humano. Esto es un beneficio crucial de la automatización.
La disponibilidad de una fuerza laboral suficiente es un problema a largo plazo. Estábamos lidiando con esto antes de la pandemia del coronavirus, y ahora lo seguimos haciendo mientras sigue su curso.
Las plantas totalmente automatizadas también aportan importantes beneficios más allá del periodo de crisis. Por ejemplo, en el manejo de materiales peligrosos; o cuando cumpla con los requisitos de extrema esterilidad o precisión.
Otros beneficios son menos obvios; sin embargo, no son menos importantes. En un escenario de automatización completa, sin trabajadores en la planta, ya no son necesarias reglas estrictas de seguridad. Las máquinas pueden trabajar más rápidamente que sus contrapartes humanas y con una huella más pequeña. Y las plantas no tienen que mantenerse calentadas, con aire acondicionado o con iluminación general, a menos que la tecnología de producción lo requiera.
La producción totalmente automatizada resuelve muchos problemas a los que nos enfrentamos hoy. Y también ofrece una gama de otros beneficios. Entonces, ¿por qué no hay más plantas así hoy? El principal obstáculo para la implementación global es el coste total de propiedad y la complejidad de la solución general. También requiere un cambio en toda la sociedad en la calificación de la fuerza laboral. Y un cambio de enfoque de gestión en diferentes sectores verticales de la industria.
Plantas autónomas como parte de la infraestructura crítica
La pandemia actual podría ser un fuerte motivador en el desarrollo de soluciones más automatizadas completamente, resolviendo algunos de los problemas clave a los que nos enfrentamos hoy. Las instalaciones de producción totalmente automatizadas podrían ser una parte clave de la infraestructura crítica de un país. Podrían resultar invaluables en el aprovisionamiento de alimentos, productos farmacéuticos y otros artículos que actualmente se necesitan de forma vital.
Puede ser que, una vez que la crisis actual haya terminado, seamos testigos de un debate social sobre la necesidad de una mejor preparación para situaciones similares en el futuro. Preparaciones que bien podrían incluir el despliegue de una automatización más completa.
Mitigar el impacto de la crisis del coronavirus con una producción totalmente automatizada
Por: Jan Bezdicek, Director de Investigación y Desarrollo de Rockwell Automation